“Al despertarme esta mañana, sonrío.Veinticuatro nuevas horas me aguardan.Me comprometo a vivir plenamente cada instante y mirar a todos los seres con los ojos de la compasión”.Thich Nhat Hanh
Para vivir menos en la cabeza y aprender a habitar más tu cuerpo, puedes transformar actividades que haces automáticamente, con poca conciencia, e ir llenando de momentos de calma y bienestar tu vida.
Cualquier momento del día es bueno para meditar cuando aprendes a utilizar mindfulness como una herramienta que te ayuda a vivir con menos tensión, más control y abrirte a tu verdadero potencial. La meditación no se reduce a una postura ni a una serie de ejercicios mentales, sino que consiste en el cultivo de la atención plena y en la puesta en práctica de esa atención.
Puedes introducir momentos mindfulness en tu rutina diaria. Los siguientes seis momentos son un buen ejemplo:
Cuando te despiertas
Cuando te cepillas los dientes
Cuando te duchas
Cuando comes
Cuando caminas
Cuando haces ejercicio
Elige estar plenamente presente en cada uno de ellos, con concentración y plena consciencia en todo el proceso. Si eres capaz de estar presente al realizar actividades diarias, si estás dispuesto a recordar que esos momentos pueden ser momentos de atención tranquila y alerta, además de ratos en los que haces las cosas que ‘han de hacerse’, puedes encontrar con que disfrutes más del proceso.
Es importante comprometerte con practicar hoy y volver a practicar mañana y pasado mañana, por muy apretada que esté tu agenda, alimentando tu práctica día a día para que se haga más profunda y se convierta en una especie de vía vital por la que deseas seguir.