“El silencio es el gran tallador del espíritu”.
Esther Fernández
Cuando permanecemos en silencio, poco a poco va posándose el ruido de los días y va emergiendo nuestra verdadera esencia. Y así en la quietud, es como aprendemos a estar con ella en una actitud de paciencia y confianza.
Meditar cada día como una forma de purificación de nuestro mar interior, en busca de uno mismo, soltando el peso de los pensamientos y dejándonos simplemente ser y que se abra paso nuestra autenticidad.