“Uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida”. Chavela Vargas
Me encanta esta frase de Chavela. Entre los lugares donde he amado la vida se encuentran los libros. Así que yo diría que una regresa siempre a los libros donde amó la literatura (y la vida). Entre esos libros está Las Olas de Virginia Woolf. Una regresa siempre a la belleza de su prosa, a sus monólogos interiores, a su ritmo de olas de playa…
Este verano lo he vuelto a leer y he encontrado más riqueza, si cabe, con mi perspectiva ampliada con la práctica y la enseñanza de Mindfulness.
Os comparto uno de los muchos fragmentos mindful:
“Ahora se han ido todos”, dijo Louis. “ Estoy solo. Todos han entrado en casa para desayunar, y he quedado en pie junto al muro entre las flores. Es muy temprano, antes de las clases. Flor tras flor puntean la profundidad verde. Los pétalos son arlequines. Los tallos surgen de los negros hoyos. Las flores nadan como peces de luz, en la superficie de las oscuras aguas verdes. Sostengo un tallo en la mano. Soy el tallo. Mis raíces descienden hasta las profundidades del mundo, a través de tierras secas, de roca, a través de húmedas tierras, de vetas de plomo y de plata. Soy todo fibra. Todos los temblores me estremecen…”.
Qué maravilla contemplar la flor, adentrarse en ella hasta el tallo, ser el tallo, sentir la tierra y fundirse con todo ampliando la perspectiva.
Un abrazo